Comúnmente escucho personas exclamar “Siento una necesidad de comer dulces” sin embargo, esto no se relaciona con tener hambre sino una especie de acción que describen de manera inconsciente y de la que no existen comandos ni control para ejecutarla, se activa y punto. Una especie de fuerza extraña que se apodera de la mente y comanda la voluntad y hace que se busquen cosas dulces para comer. Surgen expresiones como yo soy “adicta al dulce”, o “sufro de ansiedad” por eso como dulces. Pero no es relacionada al hambre o al bajo nivel de energía celular sino a algo que es más fuerte y poderoso como un hambre emocional.
Sin embargo antes de medicarse y buscar diagnósticos conductuales de adicción o ansiedad, lo ideal sería descartar primero el hambre celular y partir de esa base encontrar la respuesta a la necesidad a través de el equilibrio diario de la ingesta balanceada de alimentos.
Cuando se habla de necesidad, es porque surge y se puede explicar de manera racional, se describe la sensación y hasta lo que la detona pero que es imposible detenerla. Muchas personas que tienen la “necesidad al dulce” también pueden referir que les gusta mucho y de ahí se tiende a justificar que ese gusto desmedido por el dulce es una “adicción” generando una relación de dependencia.
Y qué pasa cuando la necesidad se une al gusto por dulce, el gusto no entiende de explicaciones o razones, te gusta y punto y es personal, muy subjetivo, simplemente te puede gustar si o no y otros no entender cómo puede ser eso.
Ahora bien, cuando se habla de gusto la persona repica de manera imperativa, que eso no lo va a dejar de comer porque le gusta y es más fuerte que todo. Y está bien no pasa nada, solo hay que encontrar el origen de la necesidad por el dulce y de esta manera liberar a la persona de ese tormento que genera no tener el control de lo que come o del consumo del dulce. Y es aquí que usted puede plantearse la pregunta de lo que siente ¿Es necesidad o es gusto por dulce? ¿Cómo saberlo? Pues de una manera muy simple, lo ideal es mediante una evaluación nutricional y detectar si se está alimentando equilibradamente en sus fuentes de energía (carbohidratos saludables o almidonados o vegetales almidonados) qué quiere decir esto, pues comprobar si usted está incluyendo diariamente una fuente de carbohidratos saludables en sus comidas del día que refuercen su energía celular y cubran la necesidad diaria para que las células tenga suficiente ingreso para las actividades diaria que desarrolla y evitar el hambre celular.
Si hay hambre celular habrá necesidad por el dulce, esto es directamente proporcional a la falta de los carbohidratos saludables, a menos energía celular más necesidad de dulces.
Cuando usted cubre sus necesidades energéticas corporales la necesidad por el dulce desaparece y solo queda la decisión en el gusto, ese placer que se da por algo pero que bajo los efectos de una saciedad de energía solo quedará a merced de la decisión propia de si lo come o no lo come o lo come cuando quiera y decida pero no porque usted no es capaz de controlarse. El cerebro depende de glucosa y cuando no hay una buena alimentación este va a demandar la forma rápida y expedita de obtener energía activando el sistema de necesidad energética y a algunos les da por comer dulces.
Recuerde que comer es una necesidad biológica y si usted come adecuadamente, podrá tomar mejores decisiones a la hora de comer, tendrá el control de cómo y qué comer sin sentirse en descontrol y sobre todo logrará controlar su mente y cuerpo de manera armónica “uniendo lo útil a lo agradable”.