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¿Los niños pican por hambre o ansiedad?

El proceso de crecimiento de los niños y adolescentes conlleva una  necesidad  energética mayor y no hay nada de malo que tengan más hambre de lo usual comparado con un adulto.  La pregunta es ¿qué están o no están comiendo nuestros hijos que genera esas ganas de picar repetitivamente y no se sacien?

Actualmente los niños y adolescentes están en casa ya sea que estén durmiendo más tiempo de lo habitual, se encuentran en clases online o jugando videojuegos. Puede que no estén comiendo a tiempo y muy probablemente no haya o no buscan la opción más saludable ni en el tiempo más adecuado para comer. Por tanto van a tener la necesidad de estar picando en el transcurso del día lo que tengan disponible.  A veces dejan de comer por picar cosas y se confunden el hambre con ansiedad.

Surge la preocupación  “los niños están picando por ansiedad”. Antes de pensar que es ansiedad únicamente, es interesante que los padres evalúen si están ofreciendo lo suficiente y lo nutritivo.  Porque si esas opciones de picar son fáciles, rápidas y  prácticas para la ocasión, seguramente picaran todo el día sin reparo.

Lo principal es buscar el origen de esa necesidad o ansiedad por comer. Por otro lado el gusto es un elemento a considerar, una cosa es la necesidad y otra cosa es el gusto. Esto tiene que ver con los hábitos que se hayan ido formando en el hogar.

Hay que recordar que cuando se forma una familia empieza el proceso de fusión de los hábitos de los esposos y cuando tienen hijos inicia otro proceso donde los padres comienzan a segregar  la comida para los niños, generalmente este proceso no se hace de manera integrada a todos los miembros de la familia, sino comida de adultos y comida para niños.

Se pierde la oportunidad de iniciar un proceso de mejora de hábitos importante.  Y se corre el riesgo de que los niños se vean separados de este núcleo a través de la alimentación. Cuando visitan otros hogares se enfrentan a otros hábitos alimentarios y si el hábito del niño o adolescente no es tan sólido comienza a la incorporación de preparaciones, productos que puede considerar que son buenos por una influencia externa ya que la del hogar no resulta tan sólida.

La alimentación es parte de este proceso de enseñanza hogareña, también es un elemento de suma importancia para el cuidado y debe ser enseñado como parte del autocuidado que debemos practicar todos.

Una buena programación de alimentos, disciplina para comer, organización de las actividades diarias, estructura de menús, horas de comer, buenos hábitos formados, en los chicos y chicas de la casa, habrá la disposición para comer de forma natural, ordenada,  se respetarán los tiempos de comida, porque comer es la clave para que el cuerpo funcione y este vital con salud. 

Comer mal, afecta el carácter, ánimo, rendimiento, el sueño y genera una ansiedad sutil que se confunde con mal temperamento pero puede ser hambre, bajo nivel de energía por el bajo consumo de alimentos adecuados. Y esa es la primera función de la comida, suplir las necesidades nutricionales para haya vitalidad. Si se enseña desde la primera infancia  a comer balanceado, permitir la oportunidad de comer los grupos de alimentos, variado, suficiente, en buena condición de higiene,  será mucho más fácil que sean adultos con buenos hábitos de autocuidado en su bienestar.

Una manera es integrar a los chicos y chicas de la casa a las preparaciones de comidas:

  • Hacer una planeación de menús diaria o semanal según las compras, actualmente llevarlos al supermercado ayuda a que no se compren cosas innecesarias o sin valor nutricional.
  • Es bueno que ayuden en la preparación de los alimentos de manera sencilla y no implique riesgos físicos si son infantes,  háganlos parte del proceso de una buena alimentación, 
  • Si alguno de sus hijos requiere un tratamiento nutricional ya sea para pérdida de peso u otro ayúdelo haciéndolo sentir parte y no excluirlo, si por le contrario puede que esta sea una oportunidad para que los hábitos de la familia se mejoren colectivamente,
  • Gestione buenos hábitos en la ingesta de agua y evite o reduzca en consumo de  bebidas azucaradas.
  • Siéntense a comer en la mesa para que haya un espacio dedicado a la alimentación
  • Haga y mantenga horarios de comida estables y con intervalos constantes entre las comidas principales entre 4 a 5 horas de cada comida.
  • Las meriendas no son una norma y menos si están bien alimentados pero tener frutas para que consuman en lugar de golosinas es una forma de inculcar buenos hábito y complementar la salud entre comidas.
  • Infórmese con fuentes idóneas sobre la alimentación antes de empezar a incorporar productos procesados.
  • Lo ideal es que se forme el hábito de comer alimentos de todos los grupos (carbohidratos saludables, proteínas, vegetales, frutas, lácteos, agua)
  • La comida no debe ser usada como castigo ni como premio, esto puede generar una mala relación con la comida en la vida adulta.